Aprender a recibir retroalimentación
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Dar retroalimentación es difícil pero recibirla puede serlo aún más. Hay personas que son sumamente honestas, sin filtros ni tacto. También hay circunstancias en las que dimos lo mejor que teníamos en ese momento por lo que escuchar las decenas de maneras en las que lo podríamos hacer mejor podría ser sumamente frustrante. Pero aprender a recibir comentarios constructivos podría ser una de las mejores herramientas que puedes llegar a tener.
La retroalimentación es una oportunidad para reconocer logros y a su vez áreas de oportunidad de crecimiento. Si aprovechas este tipo de conversaciones, la experiencia puede ser de beneficio para ambas partes.
Para recibir cualquier tipo de retroalimentación primero es importante practicar escuchar activa y conscientemente. La escucha consciente te permite prestar atención a lo que se comunica sin tener en la punta de la lengua lo que le responderás si no más bien recibiendo con apertura la información. Segundo, es esencial crear conciencia sobre quién es la persona que te está comunicando esta información. Es decir, intenta contextualizar la información que recibes con empatía y desde la percepción de quien te transmite el mensaje. Tercero, en caso de que te haya quedado duda, siempre es mejor preguntar que asumir. Con preguntas certeras puedes llegar a aclarar algún comentario que quizás se pudo haber malinterpretado por el tono de voz, lenguaje corporal o alguna palabra que se haya utilizado de forma incorrecta.
Cuarto, en otros artículos te he compartido sobre el valor de tener una mentalidad de crecimiento y para recibir retroalimentación este es el escenario ideal para activar este tipo de mentalidad. Te permitirá reconocer tus áreas de oportunidad para crecer y mejorar tus habilidades. Y por último, agradece. Agradece a quien te da la retroalimentación por tomarse el tiempo de esforzarse y comunicarte la información y a la vez agradecete también a ti misma por la oportunidad de seguir creciendo aprendiendo.