Nuestra generación es una generación creadora y consumidora de las redes sociales. Normalizamos el compartir qué hacemos, dónde estamos, qué nos gusta y disgusta, las relaciones en las que estamos y dejamos de estar, nuestros proyectos y vidas sociales. 

Sin embargo, es necesario que hagamos una pausa en un fenómeno llamado “Sharenting”. La palabra sharenting es la combinación de “share” que significa compartir y “parenting” que significa paternidad. Se ha vuelto una práctica común entre adultos que comparten fotos y videos de sus hijos, sobrinos, nietos o los hijos de amistades sin el consentimiento de estos niños y niñas. 

Esta práctica ha llevado a que algunas personas comiencen a poner emojis o stickers sobre los rostros de los niños para evitar hacer pública la identidad de los menores de edad. Otras personas deciden pedir permiso a sus hijos antes de postear o compartir cualquier imagen o a los adultos responsables de sus sobrinos, hijos de amistades, etc. 

¿Cuál es el riesgo? Publicar fotos de menores de edad aumenta la posibilidad de que sean targets para estafadores sobretodo aquellas cuentas que son públicas. Otra recomendación importante es desactivar la geolocalización de las aplicaciones de redes sociales. Cada foto que se sube a una red social se sube también con una serie de datos que son fáciles de accesar, como la ubicación. Por ello, por tu seguridad y la seguridad de los menores de edad lo mejor es evitar agregar la ubicación a un posteo y desactivar la geolocalización en la configuración de tu teléfono de cada red social.

Las futuras generaciones ya ven las redes sociales como algo normal y una actividad que es parte de sus vidas. Es nuestra responsabilidad proteger la identidad y privacidad de los menores de edad hasta que ellos tengan el poder de decidir por si mismos.