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Normalizar pedir ayuda
Este año no tenemos excusas, realmente no tenemos excusas para repetir los errores y aprendizajes del 2020. Conscientes de que estamos haciendo lo mejor que esta a nuestro alcance pero también asumiendo la responsabilidad de reaprender, de saber buscar y pedir ayuda para desarrollar nuevas herramientas de inteligencia emocional y parenting para educar de la manera más amorosa y divertida posible a los hijos, nietos o simplemente de disfrutar al máximo del tiempo que pasamos con los niños y las niñas que están presentes en nuestras vidas.
En países como España, 1 de cada 4 niños padece de ansiedad mientras que en México 2.5 millones de jóvenes entre 12 y 24 años padecen de depresión.
Cada vez tenemos a nuestro alcance más opciones de cursos en línea, acceso a materiales gratuitos, consejos sobre cómo aprender a manejar nuestras emociones, cómo hablarles a nuestros hijos en momentos de crisis. Es nuestra responsabilidad crear el tiempo necesario para nuestro propio crecimiento para aprender a lidiar con la ola crisis de salud mental a la que nos enfrentamos.
Desde terapia para adultos, hasta consultas de salud via zoom u otras plataformas, cursos sobre cómo meditar, este boom de apoyo virtual para padres y madres de familia no debe ser tomado a la ligera. A los adultos nos toca quitarnos los prejuicios y vendas que nos impiden aprender nuevas estrategias. El poder relacionarnos de una manera más constructiva con los hijos es la base para su desarrollo y vida adulta.
Pedir ayuda no significa que hemos fallado si no que estamos dispuestos y dispuestas a crecer y ofrecer lo mejor de nosotros como adultos para el futuro de nuestros niños.